lunes, 25 de julio de 2011

Corrida de El Pilar

La plaza se ha venido abajo cuando José Tomás piso la arena de la plaza de toros de Valencia. El publico se puso en pie para recibir con una clamorosa y cerrada ovación al diestro de Galapagar, vestido de malva y oro y con detalles de media luna blanca en el bordado. Una muchedumbre de periodistas gráficos se colocó en torno al torero y se realizó el paseíllo en medio de los aplausos del público. Tras romper el paseillo, la gente le obligó a saludar en el tercio. Tuvo nobleza y calidad el primer toro de la tarde, castaño, al que Víctor Puerto recibió con temple y encajadas verónicas. Tras el segundo puyazo, José Tomás se abrió de capa para citar por delantales a pies juntos. Quite templado, armonioso y que pese a la molestia del viento, surgió limpio. Replicó Víctor Puerto con buenas verónicas. Importante el inicio de faena del torero toreando en redondo arrodillado y aguantando un parón eterno antes de rematar con el de pecho. Humillación y nobleza la del toro, aunque algo lento. El toro se le acabó pronto y aunque Víctor se arrimó, su labor bajó de intensidad. Malogró todo con una estocada caída.
El fuerte viento que soplaba en la plaza deslució la faena de la reaparición José Tomás, quien tuvo dificultades para pararlo a la verónica junto a tablas. El momento vibrante llegó cuando José Tomás se echó el capote a la espalda muy despacito para ejecutar un quite por gaoneras que al final fue lo mejor de su faena. Quieto y estático, se pasó al toro muy cerca sin moverse. Replicó Saldívar en un quite de frente por detrás que puso la emoción. El de José Tomás fue un toro encastado, que embistió con movilidad a la muleta, quien lo sometió por bajó en el inicio de faena . Fue el toro largo sobre el pitón derecho y algunos muletazos limpios y largos se intercalaron con algún enganchón. Dos desarmes deslucieron la faena. Tomás mostró firmeza de planta y aguantó impasible el viento que no le permitía templar. Faena intermitente y larga. Mató de media algo tendida junto a chiqueros.
Arturo Saldívar, un joven que se puede convertir en una figura del país azteca. Tiene condiciones para ello. Salió a por todas y le robó el protagonismo a José Tomás con una faena llena de buen toreo y no exenta de emoción por lo cerca que se pasó al toro y por la cogida que sufrió sin consecuencias cuando le perdió la cara al toro al salir de una tanda. Afortunadamente fue empalado. Buen toro de El Pilar, con calidad y ritmo en su embestida. Perdió sólo un paso entre pase y pase, ligado con temple a pesar del viento. Encajada la planta. Embraguetado el trazo. Mató de buena estocada tras pinchazo.
El cuarto fue un toro de menos fuelle, un animal noble al que le faltó motor y gas. Víctor Puerto realizó una faena aseada a la altura de las circunstancias aunque sin emoción ni transmisión debido a la sosería de su oponente. Mató de buena estocada aunque un tanto caída.
Tras brindar al público la faena al quinto, el madrileño inició la faena por estatuarios en el centro sin embargo el toro se le vino cruzado y le arrolló feamente propinándole una fuerte voltereta. El de Galapagar quedó aturdido y casi inconsciente en el mismo ruedo. Tras unos instantes en el callejó, el torero tardó en reponerse y volvió a la cara del toro. Continuó toreando sobre la mano derecha aunque la faena no rompió hasta que se echó la muleta a la mano izquierda por donde el toro embistió con acometividad y transmisión. José Tomás, encajado y roto toreó al natural con extrema pureza, alargando las embestidas hasta detrás de la cadera. La plaza se puso en pie para aplaudir el toreo al natural del de Galapagar. Buena fue una serie al final sobre la derecha, prácticamente con media muleta pasándose al toro muy cerca de los muslos, quieta la planta y bella la figura. Culminó con unas manoletinas finales, desparramada la figura, abriendo el compás y entregando su vida por completo al toro. Fue un final clamoroso. Estocada entera, ligeramente desprendida. La plaza fue un hervidero. Le pidieron con fuerza las orejas aunque el presidente sólo concedió una. La plaza de manera unánime pidió la segunda pero el presidente impávido se lo impidió. Casi forma un altercado de orden público. Dos vueltas al ruedo clamorosas, donde se apreciaba el gesto feliz y satisfecho del madrileño. Cuando se tapó en el callejón, la plaza propinó al palco gritos de ¡Fuera, Fuera!
Arturo Saldívar volvió a realizar una faena importante en la que sobresalió el toreo encajado, ligado y poderoso del mexicano. Se enfrentó a otro buen toro de El Pilar que tuvo nobleza y recorrido. Faena sólida del méxicano, de muchos arrestos y vivida con intensidad por el público. El toreo sobre ambas manos tuvo entidad y buenas formas. Mató de una estocada soberbia y a sus manos fue a parar una oreja que le abrió la puerta grande. Saldívar sale revalorizado de Valencia.
info: Figuras del toreo.com

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